¿Qué es el análisis funcional de la conducta?
El análisis funcional de la conducta busca cuál es el propósito del comportamiento, de ahí su nombre “funcional”. En lugar de buscar una causa, un desencadenante, una idea o una representación.
El comportamiento obedece a una función. Siempre que hacemos algo obedece a un porqué y conductas muy distintas en su tofografía (forma) pueden estar persiguiendo la misma función.
Para llegar a conocer a qué función obedece una conducta, el clínico o terapeuta deberá entender los antecedentes y consecuentes que se dan al realizar una determinada conducta problema, para reforzar adecuadamente otra conducta complementaria o aprender un nuevo comportamiento más adaptativo.
El desafío es observar la conducta global de un individuo y deducir su función: ¿qué le permite obtener?
¿En qué se basa el análisis funcional?
El análisis funcional es un modelo interactivo que conecta el comportamiento problemático con las cogniciones y emociones del paciente en una situación dada. Con sus antecedentes por un lado y sus consecuencias por el otro.
Siempre hay una interacción entre emociones, comportamientos y cogniciones. El análisis funcional aspira a entender al individuo en su totalidad. Pensamientos, imágenes o emociones son también parte del comportamiento.
Por lo tanto, debemos identificar las variables explicativas (las variables independientes y moderadoras) involucradas en los comportamientos problemáticos (variables dependientes) de un individuo en su contexto de vida actual y pasada.
¿Qué es el análisis funcional de la conducta?
Las personas que acuden a terapia pueden presentar comportamientos variados, originados por múltiples causas.
El análisis funcional de la conducta permite organizar la información más importante del paciente. En él se tienen en cuenta las relaciones sociales de la persona, sus conductas problemáticas y los acontecimientos que han adquirido importancia en el origen y mantenimiento del problema.
Una vez recopilada esta información, se pretende buscar explicaciones a las conductas problemas con la intención de encontrar una solución.
Para poder entender más a fondo esta herramienta es necesario explicar un poco por encima qué se debe entender por comportamiento. Este concepto incluye tanto a las conductas observables como las encubiertas del paciente.
No únicamente se tienen en cuenta las acciones físicas que hace la persona, como pudiera ser fumar en exceso o consumir algún estupefaciente; también adquieren importancia sus creencias y pensamientos con respecto al problema.
El psicólogo no se encarga únicamente de detectar aquello que no es adaptativo en el paciente. Debe encontrar una explicación detrás del por qué la persona se comporta así, relacionándolo con sucesos que le pasaran antes, es decir, los antecedentes.
Así pues, al realizar el análisis funcional de la conducta es necesario hallar las relaciones que hay entre lo vivido por la persona y su comportamiento actual.
Para ejemplificar esto, imaginémonos a dos personas que están realizando la misma conducta: no comer a la hora de la cena.
Pese a que ambas básicamente están comportándose igual, en un análisis de este tipo no únicamente detectaríamos esta conducta en concreto, sino también trataríamos de hallar el por qué la están haciendo.
Puede darse el caso de que una de ellas no cene simplemente porque haya merendado mucho y no tiene hambre, mientras que la otra puede ser que se vea gorda y haya decidido comer menos.
De forma esquemática, los aspectos que cumplen los análisis funcionales de la conducta son los siguientes:
- Identificar antecedentes y consecuentes de la conducta.
- Identificar las variables que influyen en la persona.
- Formular hipótesis sobre la conducta.
- Describir las conductas.
A la hora de realizar un análisis de este tipo pueden plantearse dos tipos de hipótesis: hipótesis de origen e hipótesis de mantenimiento.
Las primeras tratan de esclarecer cómo se originó la conducta problemática, teniéndose en cuenta los elementos contextuales presentes en el momento del surgimiento del problema.
Las hipótesis de mantenimiento tratan de explicar por qué la conducta se sigue realizando a día de hoy, qué elementos la han reforzado o por qué aún no se ha extinguido.
Como en este tipo de análisis se trabaja con hipótesis, es muy importante que el psicólogo sea riguroso y objetivo.
Además, a medida que vaya evolucionando la terapia saldrá a la superficie nueva información, con lo cual será necesario replantear la problemática por la que en un principio vino el paciente y reformular las explicaciones que iban enfocadas a elaborar un plan de intervención.
Análisis funcional: analizar el estado actual del paciente
Es la dimensión de “aquí y ahora”, cuando el paciente busca ayuda. Aquí el análisis es bastante cuantitativo ya que le pediremos que responda cuestionarios o que mantenga una agenda para promover la autoobservación.
Será necesario determinar el punto de partida del trastorno para una mejor objetividad en las diferencias de los resultados de pretratamiento y postratamiento. En la mayoría de los casos intentaremos saber para cada comportamiento problemático:
- Frecuencia.
- Intensidad.
- Duración.
- Sus diferentes formas de expresión.
Estas medidas e información serán útiles en más de una forma, nos ayudarán a comprender la dinámica del problema y los círculos viciosos que los mantienen. También ayudan a comparar la experiencia subjetiva del paciente con una medida cuantitativa.
Qué evaluamos con el análisis funcional
Se evalúan los comportamientos problemáticos, pero también los comportamientos que no lo son. Los comportamientos que no lo son indican posibles recursos del paciente.
A veces, las situaciones que parecen muy cercanas entre sí pueden dar lugar a problemas de comportamiento en un caso y no en el otro.
Por ejemplo, una persona comienza a gritar en clase cuando se le asigna un trabajo en grupo. Podríamos decir que ella grita cuando no quiere trabajar con otros, por lo que no debe hacer un trabajo en grupo.
Pero es posible que no hayamos tenido en cuenta todas las veces que ella hizo trabajos en grupo y le fue bien. El factor clave está quizás en otra parte: atmósfera ruidosa, falta de compañeros significativos, presencia visible de cansancio, etc.
El tratamiento psicoterapéutico propuesto en la terapia de conducta por tanto se deriva del análisis funcional y no del simple diagnóstico.
El análisis funcional ya tiene virtudes terapéuticas intrínsecas porque permite a la persona comenzar a comprender los mecanismos que parecen desencadenar y mantener sus problemas.
Características
El análisis funcional de la conducta es una herramienta muy útil, dado que se diferencia de un mero análisis descriptivo por cumplir con las siguientes características:
Es funcional
Aunque lo primero que se suele hacer es identificar y describir las conductas, esto se hace con una intención funcional.
Es decir, se pretende recopilar información para explicar el problema y elaborar un plan de acción terapéutico o educativo, y no estudia elementos estáticos, sino sucesos y acciones que pueden ser ubicados en el tiempo.
Se centra en el presente
Tener en cuenta los antecedentes personales es un aspecto importante; no obstante, debemos centrarnos en cómo se comporta el paciente ahora.
Estudia las relaciones
El análisis funcional de la conducta se basa en fijarse en las relaciones entre eventos conductuales (emitidos por el sujeto) y eventos ambientales (que ocurren a su alrededor).
Por ello, no se centra solo en el individuo, sino que ve a este como a una parte de la realidad interconectada con su entorno, al contrario de lo que pasa con las propuestas de investigación psicológica basadas en la introspección.
Adquieren especial importancia aquellas conductas que interfieren de manera significativa en el bienestar de la persona, por lo cual será necesario enfocar la terapia hacia la resolución de estos comportamientos.
Es dinámico
El comportamiento humano es algo inestable. El paciente puede ir evolucionando a medida que se va desarrollando la psicoterapia. Además, puede darse el caso de que el propio paciente no diera en un principio toda la información necesaria para entender su malestar psicológico.
Es ideográfico
Cada persona es diferente en lo relativo a su personalidad, comportamiento y vivencias se refiere.
Las hipótesis planteadas tras analizar las conductas solo pueden llegar a explicar el porqué del comportamiento de la persona analizada, dado que esta está vinculada a una cadena de eventos únicos e irrepetibles, los cuales dejan una marca en su historia de aprendizaje.
Es decir, lo descubierto en una persona es difícilmente generalizable a todo el resto de la población.
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