¿Qué es un coach? Diferencias con un psicólogo
La palabra coach significa “entrenador”. Y se refiere a una persona que se ha formado para motivar, para enseñar técnicas que ayuden a alcanzar las metas que se quieren conseguir. Si nos fijamos en los entrenadores de fútbol, veremos cómo su verdadera misión no es ganar, sino que ayudan a jugadores para que aumenten sus habilidades. Ése es, según los estudios, el verdadero coaching.
La importancia de saber qué es un coach
Tener claro que es un coach te ayudará a diferenciar a los profesionales. Un coach es una buena opción cuando te sientes bien, pero estás estancado y no sabes cómo conseguir tus objetivos y qué herramientas utilizar para alcanzarlos.
Será una relación de igual a igual, en la que tienes claro lo que te pasa y la meta que quieres conseguir. Necesitas que te guíen, acompañen y motiven, pero no esperes que responda tus dudas existenciales ni resuelva conflictos emocionales. Se centra en el presente y en cómo usar tus herramientas de la manera más eficiente y efectiva.
La diferencia con un psicólogo
Un psicólogo sería tu elección cuando no te sientes bien, tus emociones pueden contigo y tu salud se ve resentida en algún sentido. Indagará en tu mente para trabajar en aquello que te afecta y hacer que te conozcas mejor.
Será una relación de autoridad. Una relación en la que no solo buscas a alguien que te entrene para mejorar, sino que también te ayudará a conocerte y a encontrar soluciones progresivas a tus problemas.
Es complicado explicar la tarea de un psicólogo, porque los hay de tantas corrientes que habría que analizar el problema concreto. Los hay que se centran más en el pasado, otros en el presente, o en ambos. También los hay que, además de ser psicólogos, se han formado como coach.
Algunas creencias erróneas sobre la labor del coaching y la del psicólogo
Es importante que a la hora de escoger con qué profesional asistir tengamos en cuenta los MITOS que suelen manejarse en la promoción de estos servicios. A continuación, exponemos los más comunes.
“La terapia se enfoca en lo que está mal, mientras el coach se enfoca en lo que se puede mejorar y desarrollar”.
La terapia psicológica no se centra en lo que está “mal”. El psicólogo aborda profundamente el sistema de creencias y la estructura de la personalidad. Así entiende el origen del motivo de la consulta y trabaja en la promoción de un funcionamiento más sano y adaptativo.
“El Coaching se centra en lo que deseas y es posible para ti, no se centra en lo que te pasó”.
Esto no es del todo cierto, existen terapias psicológicas (como la Gestalt) que se enfocan en el aquí y el ahora del individuo. Por otro lado, es importante ser consciente hasta qué punto nuestro pasado no nos deja avanzar en lo que queremos. En estos casos, trabajar en el pasado es un paso importante para resituarse en el presente.
“Una terapia psicoanalítica puede llevarte años, el Coaching puede durar sólo unas sesiones”.
Dentro de la psicología existen diversos enfoques. Dependiendo de cada uno, la terapia tendrá una duración u otra. Es un error generalizar que cualquier terapia implica “años”. Pues eso va a depender de los objetivos planteados y del ritmo que marque la persona dentro del proceso. Pero lo que sí es cierto es que en la terapia no existen las soluciones milagrosas.
Aspectos que hay que tener en cuenta
En los últimos años han aumentado significativamente las personas que se dedican a ofrecer servicios de coaching. Si te decantas por un coach, asegúrate de que tiene la formación necesaria para ejercer. Hay muchos que se disfrazan de coach, cuando en realidad tienen una formación muy escasa. Ven una puerta abierta para aumentar sus ganancias y la utilizan, ofreciendo un servicio de poca calidad.
En cambio, si te decides por un psicólogo fíjate en que tenga número de colegiado. También debes tener en cuenta su experiencia y que, además de la carrera, haya participado en cursos o masters. No hay que olvidar que una carrera de psicología es muy global. Tras los estudios universitarios es necesario seguir con la formación para especializarse en algo más concreto.